Como propietarios, conseguir que nuestra vivienda en alquiler sea finalmente la escogida, es la parte más compleja y el éxito, dependerá en gran parte, de tener en cuenta los siguientes factores:
-Alquilar de manera particular o a través de un profesional: Para alquilar una vivienda, se ha de invertir mucho tiempo. Un profesional, además de ahorrarte ese tiempo, te proporcionará asesoramiento legal durante todo el proceso. Te ayudará a fijar un precio justo para tu piso, lo publicará en los portales inmobiliarios de prestigio, realizará un estudio de solvencia de los posibles arrendatarios, negociará con ellos las condiciones arrendaticias y te garantizará la legalidad del contrato.
-Revisión y actualización del piso. Mantenimiento del Patrimonio: El paso del tiempo y el uso de la vivienda provocan un inevitable deterioro del piso y de sus elementos. Antes de poner el piso en alquiler, es necesario hacer un estudio económico que lo que nos supondría hacer reformas importantes en la vivienda, en caso de que fueran necesarias. El estado general del piso marcará su precio final de alquiler. Hay que tener en cuenta que los pisos actualizados se alquilarán más rápido y a mejor precio.
-Reparaciones y mejoras: La imagen del piso es básica para causar una buena impresión a los posibles interesados. Es imprescindible que el piso esté limpio, aireado y sin humedades y siempre que sea posible recién pintado. Las pequeñas mejoras pueden ayudar a dar una mejor imagen de la vivienda, cómo, por ejemplo, cambiar los enchufes, reparar persianas, cambiar los pomos de los armarios de la cocina, o bien la alcachofa de la ducha.
-Amueblado y equipado o alquilar sin muebles: Los pisos grandes normalmente se alquilan mejor sin muebles. Son los pisos más pequeños, destinados a gente que busca su primera vivienda, los que tienen mejor acogida amueblados y equipados. Si nuestro piso ya tiene muebles, es necesario tirar aquellos que estén muy deteriorados o antiguos y mantener los que están en mejor estado. Los posibles interesados no querrán vivir en un trastero de muebles viejos.
-Publicidad y comercialización: Unas buenas fotos del piso son básicas para tener éxito. Las fotos han de ser de calidad, favoreciendo los puntos fuertes, pero de forma honesta y reflejando la realidad de la vivienda. Internet es la manera más rápida y efectiva de difundir nuestro piso. Es necesario hacer una descripción cuidadosa de la vivienda que incluya también los servicios y los equipamientos de la zona (transportes, escuelas, hospitales…)
-Fijar un precio justo: En el momento de fijar un precio, no podemos dejarnos llevar por las emociones y por los vínculos sentimentales respecto al piso. El profesional inmobiliario nos asesorará respecto a los precios de mercado y nos ayudará a fijar un precio de inicio que nos permita un pequeño margen para la negociación. Un piso por encima de su precio, no podrá competir nunca con otros pisos similares y estará condenado a dejar escapar buenas oportunidades por esta causa.
Herramientas de negociación: Tener un detalle con el posible interesado, puede declinar la balanza finalmente a nuestro favor. Bajar un poco el precio final, conceder una pequeña carencia para realizar mejoras, aceptar realizar alguna pequeña reparación o asumir el coste de algún electrodoméstico, son algunas de las herramientas de negociación que nos pueden ayudar a cerrar definitivamente el trato.
Solvencia del arrendatario: Una vez tenemos uno o más interesados, hay que escoger el perfil más indicado y que nos genere más confianza. TEMPLE dispone de mecanismos para estudiar la solvencia de los futuros arrendatarios y si queremos aumentar la seguridad y las garantías, a parte del depósito obligatorio de la fianza, existen diferentes productos de riesgo, como los seguros de impago o la defensa jurídica, que se pueden contratar para cubrir posibles incidencias en el pago del alquiler.
Si seguimos estos pasos y los consejos de un profesional, aumentan las posibilidades de alquilar nuestro piso. Pongámonos en la piel del posible inquilino, hagámonos la pregunta de si nosotros viviríamos en allí, fijemos un precio competitivo y marquemos un perfil de arrendatario coherente con el piso que estamos ofreciendo.